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Uno se hace con el otro

(Tatiana Dominguez, directora de Talitakum)

Talitakum es un centro juvenil ubicado en Cerro Norte, que brinda talleres de herrería, vestimenta, cocina y electricidad a jóvenes entre 13 y 17 años. El centro busca que todos los jóvenes que ingresan por experiencias poco positivas en la educación formal, adquieran nuevas herramientas y motivación para, tiempo después, volver a reinsertarse.

La idea de crear un centro juvenil que reúne a jóvenes de Paso de la Arena, Maracaná, Las Torres, Casabó, Santa Catalina, La Teja, Tres Ombúes y Nuevo París, surge de un grupo de animadores de una parroquia de la zona, quienes observaron que, muchos jóvenes se pasaban en la calle sin realizar una actividad en todo el día. Así fue, que en el año 2007, con el apoyo de varias parroquias y personas que fueron donando material para la construcción, surge Talitakum.

Talitakum

Talitakum es una palabra en arameo, que alude a una expresión que Jesús utilizó para alentar a una niña. Talitakum significa “Óyeme niña, levántate”. Este es el mensaje que el centro juvenil busca transmitir a través de un espacio donde todos los jóvenes que ingresan, pueden demostrar sus habilidades y ponerlas en práctica. La idea es generar nuevas oportunidades, salir del “no puedo”, encontrar un nuevo espacio donde sientan que pueden encontrar la motivación que en algún momento perdieron.

La mayoría de los jóvenes, llegan al centro porque le comentaron o por contactos con otras organizaciones del barrio. El común denominador es la desmotivación que la educación formal les ha generado. No alcanzar la nota deseada, no sentirse comprendidos o escuchados, son algunos de los factores que, en varios casos, ha llevado al abandono de sus estudios. En Talitakum encuentran un espacio donde, además de realizar actividades de su interés, se preocupan por cada uno de ellos, se los llama si faltan, se les pregunta qué les pasa y se los apoya para transitar por las complejas vivencias que les tocó en suerte. Entienden que para lograr un vínculo con el alumno que le permita comprometerse con las actividades, deben conocerlo para así entenderlo.

En el centro juvenil además de brindarles talleres, se les ofrece desayuno, ropa cuando la necesitan y lo más importante, contención.

 

Uno se hace con el otro

Por su parte, Tatiana siempre ha estado vinculada a la parroquia. Su vocación por la gestión la ha llevado a trabajar en grandes empresas con objetivos muy distantes al que se propone Tallitakum: dar al otro, estar para el otro. Una vez que decidió sumarse a la propuesta de Talitakum, encontró que tenía mucho para dar. Pero sobre todo, que muchas personas necesitaban de ella.

El primer año que ingresó, notó que cada vez que saludaba a un joven, quedaba paralizado, sin palabras. Entendía que esa caricia o gesto significaba mucho más que un saludo cordial. Ahí, Tatiana comprendió el valor de las pequeñas cosas. Comprendió que si reconocemos que otros necesitan de nosotros, nosotros debemos estar dispuestos a dar.

Cuando nos involucramos nos sentimos útiles. Cuando entendemos que otros viven historias que realmente son terribles, entendemos la falta de afecto, de felicidad, de motivación. Y para comenzar a trabajar en esos aspectos, el trato mano a mano, construir relaciones honestas de igual a igual, es lo que genera la diferencia.

Una caricia justa

En Talitakum, el díalogo es la primera opción. Para ello, quienes llevan adelante el centro, generan un contrato junto al joven y su familia. En ese contrato se comprometen las tres partes a asistir al centro y no faltar, a aprender, compartir y poder expresar cuando haya una necesidad o se necesite algo. Allí el trabajo es entre todos. Este compromiso que Talitakum logra, genera un clima agradable que concluye en un sentido de pertenencia del joven y sus familias con el lugar.

Cada vez que ingresa un/a joven, Talitakum identifica cuáles son sus necesidades, porqué llegó allí y qué le despierta interés. Una vez que se concen las necesidades, se le comenta las actividades que pude realizar.

El desafío

El desafío para Talitakum es lograr que la confianza que ganan estos jóvenes en sí mismos durante su paso por la institución, se mantenga en el futuro. Cómo lograr que esa motivación que lograron construir, no desaparezca. Cómo hacerles creer, que al final de todo, sus capacidades no pueden ser medidas por un tercero, sino por los procesos y los resultados que realmente importan: su crecimiento como persona.

Involucrate con Talitakum

Talitakum busca voluntarios/as que se enamoren de la propuesta. Que quieran ser parte de este cambio, que quieran apoyar y demostrar que todos, con las herramientas correctas, podemos motivarnos y encontrar algo que nos de una razón para comprometernos con una actividad. Para eso te invita a involucrarte con estos jóvenes e impulsarlos, a través de talleres y apoyo escolar, además de otras acciones.

Ingresá en involucrate.uy/oportunidades y encontrarlos por la zona Cerro Norte.

 

Si crees que debemos involucrarnos más con el otro, entender para hacer y ser parte de espacios de apoyo mutuo, compartí esta nota.