
Aprendiendo a ser libres y autónomos
(Ana María Maldonado, directora de CERS)
De la motivación a la creación
Conversamos con Ana María Maldonado, fundadora y directora de CERS.
Ana María nos cuenta que desde joven, cuando solía encontrarse con una persona con alguna capacidad diferente, sentía una motivación enorme. Quería hacer algo por ellos, ayudarlos, pero no sabía cómo hacerlo. Eso la llevó a comprometerse con dicha problemática, a informarse y aprender. Con el tiempo, comenzó a trabajar en varias escuelas vinculándose con la discapacidad.
Tras cinco años de trabajo en en diferentes instituciones, a Ana María se le informó que el área vinculada a las capacidades diferentes se dejaría de trabajar. Esa medida, género que muchísimos chiquilines con capacidades diferentes quedaran fuera de dicho sistema.
Eso llevó a que Ana María, junto con otras compañeras, en el año 1997, lograra fundar una cooperativa de educación dedicada a las personas con discapacidad. Con 16 alumnos y tres habitaciones otorgadas por la Comisión Fomento del Cerro, el proyecto comenzaba a dar sus primeros pasos.
Años más adelante, en 1999 decidieron disolver aquella cooperativa que, con mucho esfuerzo habían fundado años atrás, para que a partir de ese momento naciera lo que hoy es CERS: el Centro Educativo Recreativo y Social.
CERS
CERS, es un centro educativo que busca atender y brindar herramientas educativas a personas con discapacidad intelectual. Un espacio donde asisten jóvenes y adultos que participan de diferentes actividades educativas y recreativas con el fin de contribuir a su autonomía.
Actualmente el centro cuenta con cincuenta y tres alumnos inscritos; donde se les brinda alimentación, alfabetización, apoyo educativo y rehabilitación. Ellos participan y crean a través del taller con el que se sienten más identificados. La idea es que puedan desarrollar y trabajar sobre sus capacidades. En cada instancia se tiene en cuenta cuáles son los intereses de los alumnos y cada docente planifica los temas que les enseñará a partir de ello.
Además, cuenta con una amplia variedad de talleres con perspectiva laboral, estos tienen una duración de tres años. Estos son de peluquería, tejido, panadería, informática, carpintería, música, manualidades y educación física. También realizan actividades culturales y de recreación.
Ana María nos comenta que ha logrado insertar a muchas “chiquilinas” gracias al curso de peluquería; específicamente una ex alumna, quien viajó a España y gracias al diploma de peluquería logrado en dicha institución (avalado por el CODICEN), logró emprender una peluquería en el país donde reside.
Actualmente, las actividades se desempeñan con jóvenes y adultos a través de un convenio con el Banco de Previsión Social.
CERS no es asistencialismo, es brindar una asistencia puntual para desatar otro montón de cosas.
Trabajar en CERS es un gran desafío, ya que cada alumno necesita una atención específica. El rango etareo entre ellos es muy amplio como sus intereses; puedes encontrarte con alumnos de dieciocho años, como de cuarenta o sesenta.
Involucrate con CERS
El Centro Educativo Social y Recreativo es una institución muy abierta, no solo a las donaciones materiales, si no de tiempo, haciendo hincapié en que cualquier persona puede venir y sumarse como voluntario, sea para dar una mano u aportando un aprendizaje.
Ingresa en involúcrate.uy/oportunidades e involúcrate encontrándolos en el mapa.
Nota escrita por Manuel Gaite